El tratamiento de la ropa es junto a la alimentación una de las mayores preocupaciones de las personas que tienen algún familiar ingresado en una residencia de mayores. Debes saber que muchas residencias de la tercera edad tienen este servicio externalizado. Te comentamos algunos aspectos que te ayudarán a comprender cómo funcionan.
Sin duda, el cuidado diario es lo que más preocupa a las familias de los residentes. ¿Comerá bien nuestra abuela o madre en la residencia? ¿Atenderán como es debido su aseo personal?
El blog Tu Hogar Mayor cuenta que las residencias son instituciones más complejas. Por supuesto, en ellas se ejerce una supervisión constante día y noche de los residentes y se cuida su alimentación, pero además se abordan otros aspectos no menos importantes.
El tema de la asistencia sanitaria es un punto fuerte. Todas las residencias cuentan con un equipo sanitario formado por enfermeras, y en algunos centros también fisioterapeutas, que atienden los problemas de salud específicos de cada interno. A su vez, disponen de un médico que o bien trabaja en el centro o lo visita al menos una vez a la semana.
Se cuida el bienestar físico y emocional. Con actividades programadas que buscan que el residente conserve su autonomía y su movilidad física; así como su salud mental y su estado de ánimo.
En las residencias se organizan actividades grupales que fomentan la socialización y mejoran la convivencia.
En todo este planteamiento inclusivo, las tareas básicas no se pueden desatender. Una de ellas es el cuidado y limpieza de la ropa de los residentes. Un tema que merece una atención especial y del que vamos a hablar en este artículo. Así se realiza la limpieza de la ropa en las residencias de mayores.
Lavanderías industriales.
Por el gran volumen de ropa que se maneja en estos centros y por sus características específicas, hoy, gran parte de las residencias de mayores tienen este servicio externalizado.
No debemos olvidarnos que la ropa de cama se cambia a diario. Y que las prendas que usan los residentes, y también el personal, se lava una o varias veces a la semana. Esta limpieza se realiza con productos hipoalergénicos. Ya que muchos de nuestros mayores tienen la piel bastante sensible.
Las residencias de mayores pueden convertirse en un foco de contagio de enfermedades, principalmente infecciosas. Por lo que la limpieza de la ropa debe efectuarse bajo unos niveles de exigencia y de eficacia superior a la que se puede realizar con lavadoras de tipo doméstico.
Los trabajadores de CLAT, experta en renting textil que presta servicios de limpieza de ropa para empresas y centros sociosanitarios desde el 2002, cuentan que la lavandería industrial suele incluir servicios extra como el mantenimiento y arreglo de descosidos en las prendas de ropa, la garantía de desinfección, el análisis periódico de los tejidos para verificar su correcta higienización y, por supuesto, la recogida y entrega según el horario acordado.
La lavandería industrial permite una gestión integral de toda la ropa que maneja la residencia. Clasificándola según su uso y propiedad. Separando la ropa de cama, el textil de baño, de uso general en el centro, de las prendas propias de cada residente. De manera que se puedan utilizar desde el momento en el que se han recibido.
Aún hay residencias de mayores que tienen su propio servicio interno de lavandería. Sin embargo, como estamos viendo, esta tarea implica un alto volumen de trabajo que en ocasiones es recomendable externalizar para prestar una asistencia adecuada a los residentes.
Para residentes y personal.
Un dato que todo el mundo no conoce es que también la ropa del personal se limpia en lavanderías especiales. El uniforme de los empleados de la residencia no puede salir bajo ningún concepto del centro. Si lo hace es seguir medidas estrictas de seguridad. Es decir, el empleado no lava su uniforme en casa. De esta manera se evita la contaminación cruzada, que puede dar lugar a la propagación de infecciones, de manera indirecta. Si había cualquier vacilación en este sentido, la pandemia del COVID-19 despejó cualquier duda al respecto.
La pandemia evidenció que los virus se alojan en la ropa y que pueden permanecer entre las fibras textiles más tiempo que en otras superficies. Lo cual contribuye a la propagación de enfermedades. Estos virus no se pueden eliminar del textil con un programa de lavado doméstico. Requieren un tratamiento específico de descontaminación que se realiza en las lavanderías industriales.
Esta característica no solo afecta al coronavirus del COVID, sino también a virus más corrientes como el de la gripe o a la bacteria que provoca la salmonelosis. De hecho, la desinfección industrial de la ropa de trabajo es una práctica habitual en multitud de ámbitos laborales como la industria alimentaria, la industria farmacéutica y los centros sanitarios.
Si bien, tanto la ropa de los residentes como la del personal son recogidas y tratadas por la misma empresa o servicio de limpieza, en ningún momento se mezclan. Se lavan por separado. Una vez terminado el proceso de limpieza y desinfección, cada prenda se embolsa convenientemente, se etiqueta, para que sea más sencillo entregarla a su destinatario, y se acompaña de un informe de trazabilidad, donde se indica todas las acciones que se han realizado a la prenda.
El asunto de la limpieza del textil es un tema que se trata a conciencia en las residencias de mayores.
La entrega y recogida de ropa.
Como nos cuenta el blog Inforesidencias, el tratamiento de la ropa en las residencias de la tercera edad se efectúa siguiendo un protocolo determinado.
En primer lugar, la ropa de los residentes debe estar debidamente marcada con el nombre del propietario. Esto debe hacerse mediante el bordado o la colocación de una etiqueta adhesiva o termo-adhesiva situada en una parte poco visible de la prenda. Del marcado suele encargarse la familia.
Cada día, el personal de la residencia recoge la ropa sucia de las habitaciones. La ropa de cama se suele cambiar a diario, y la ropa de los residentes se recoge según las directrices del centro. Pero siempre se hace, como mínimo, una limpieza de ropa semanal.
Es el propio personal del centro quien separa las prendas dependiendo de su categoría: ropa de cama, toallas, ropa personal; e incluso puede llegar a separarla por colores y tejidos (ropa interior, ropa exterior de algodón, sintéticos), para facilitar el trabajo a la lavandería.
La lavandería recoge la ropa en bolsas o sacos, previamente clasificada. Esa misma ropa llegará a la residencia doblada y embolsada, lista para su uso.
Para la ropa personal, los trabajadores que se encargan de la atención a los residentes reponen los armarios con la ropa limpia. A pesar de los controles que reciben las prendas de los usuarios, es normal que algunas de ellas se deterioren con el tiempo o se pierdan. En tal caso, el centro debe comunicárselo a los familiares para que la repongan. La residencia puede contar con un stock de prendas básicas que pueden utilizarse de manera provisional hasta que llegue el repuesto entregado por la familia.
Características del servicio de lavandería.
Como estamos viendo a lo largo del artículo, la limpieza de la ropa en las residencias de mayores debe reunir una serie de características. A continuación te presentamos las que son de carácter más técnico:
- Cumplimiento de normas higiénico-sanitarias. Las lavanderías deben operar bajo protocolos de higiene rigurosos, cumpliendo normativas como la UNE-EN 14065 (Sistema R.A.B.C.), que garantiza la prevención de contaminación microbiológica en textiles destinados a entornos sanitarios y asistenciales.
- Separación estricta de circuitos de ropa limpia y sucia. La instalación debe contar con zonas físicas diferenciadas y flujos de trabajo que eviten cualquier cruce entre ropa contaminada y ropa lavada. Esto minimiza el riesgo de contaminación cruzada.
- Control de trazabilidad. Mediante sistemas de etiquetado, código de barras o chips R.F.I.D., la lavandería debe poder identificar cada prenda y su propietario. Algo esencial cuando se trata de ropa personal de residentes.
- Uso de productos desinfectantes certificados. Los detergentes, desinfectantes y temperaturas de lavado deben estar homologados para uso sanitario, garantizando la eliminación de bacterias, virus y hongos sin dañar los tejidos.
- Control de calidad y registro documental. La lavandería debe disponer de protocolos de control, fichas técnicas de los productos empleados y registros por lotes lavados, con auditorías internas o externas que verifiquen la calidad del servicio.
- Formación del personal. El personal de la lavandería debe estar formado en manipulación de ropa sanitaria, seguridad laboral y protocolos de prevención de riesgos biológicos.
- Protección y respeto a la ropa personal de los residentes. Se debe extremar el cuidado en el lavado de prendas delicadas o con valor sentimental, usando procesos diferenciados y garantizando la devolución correcta de la prenda a su propietario.
Si somos un poco objetivos, la limpieza de la ropa que se realiza en las residencias de mayores supera nuestras expectativas. Ya que se tienen en cuenta factores sanitarios que se escapan de nuestro control y van más allá de que el residente vaya con la ropa limpia.